Como le conté a Erica Rimlinger, no sabía que estaba atravesando la menopausia. Estaba experimentando “el cambio”. Al igual que muchas mujeres de mi generación, fui educada en un entorno donde no se hablaba abiertamente sobre la menopausia y sus síntomas. Aprendí de las mujeres de mi familia y comunidad que estos temas debían tratarse con eufemismos y no con claridad. Por lo tanto, carecía de información sobre los síntomas de la menopausia y cuándo comunicarlos a mi médico.
A pesar de considerarme informada sobre la salud de la mujer debido a mi trabajo como instructora de gimnasia y mis visitas regulares al ginecólogo, no reconocí un síntoma importante del cáncer uterino: los sangrados irregulares. Creía que era parte normal del proceso menopáusico, por lo que ignoré la señal de alerta.
Después de años con estos síntomas, finalmente mencioné el sangrado a mi doctor, quien decidió realizar una ecografía. Sin embargo, antes de obtener los resultados me mudé a otra ciudad y otro sistema de seguros de salud, lo que dificultó el seguimiento de mi caso.
Mi nueva ginecóloga, preocupada por mi situación, me realizó una biopsia que reveló que tenía cáncer endometrial. A pesar del tratamiento médico, experimenté falta de comunicación y comprensión por parte de los médicos, quienes no explicaron claramente mi diagnóstico y opciones de tratamiento.
Decidí buscar una tercera opinión y conocí a la Dra. Kemi Doll, quien se destacó por su empatía y disposición a explicar mis opciones de tratamiento de manera comprensible. Ella recomendó un enfoque diferente de radioterapia y me motivó a creer en mi recuperación.
Después del tratamiento, me uní a ECANA, una red de apoyo para mujeres de raza negra con cáncer endometrial, impulsada por la Dra. Doll. Esta experiencia me hizo reflexionar sobre la importancia de hablar abiertamente sobre la salud uterina y transmitir ese conocimiento a generaciones futuras.
En conclusión, mi experiencia con el cáncer endometrial me ha llevado a ser más consciente de la importancia de la salud uterina y a promover la educación y el apoyo entre mujeres. Es fundamental romper el tabú que rodea a estos temas y fomentar la comunicación abierta sobre la salud femenina.